La tejeduría está ligada a los oficios artesanales en todo el mundo, y en una etnia de nuestro país, brilla por su historia y calidad. ¡Hablemos de los Relatos y Saberes Wayúu!
Las mochilas y los chinchorros elaborados por la etnia Wayúu son dos de las artesanías colombianas más reconocidas a nivel mundial por su excelente combinación entre la habilidad de las manos artesanas y la sabiduría de uno de los pueblos con gran riqueza cultural dentro de nuestro territorio. Ambas artesanías destacan por su colorido y por sus “Kanaas”, diseños geométricos característicos de la etnia Wayúu.
Elementos que originalmente eran exclusivos de esta etnia, hoy están al alcance de nuestra mano gracias a las artesanas que mantienen viva la herencia del tejido. Una mochila Wayúu nada tiene que envidiarle a los bolsos de lujo de cualquier lugar del mundo. Además, ¡nada como descansar en un chinchorro! Pero, descubramos un poco más sobre los Relatos y Saberes detrás de estas artesanías tejidas a mano y en telar vertical.
“...si supieran lo que tengo en mis manos.., ¡los mejores dibujos!, si supieran que se los voy a regalar”.
Mito de la creación del tejido Wayúu
Relatos artesanales
Una asombrosa historia detrás de las artesanías colombianas nació en medio del color, el hilo y los amaneceres de la Guajira colombiana. Es la de la araña Wale‘kerü, que junto a los cuidados de la abuela, madre y tías, enseña a las jóvenes Wayúu, los secretos del tejido y el significado de ser una mujer Wayúu.
El amanecer de La Guajira, otra de las cunas de las artesanías colombianas, despuntaba con las fajas y chinchorros que Wale’kerü ya había tejido. Los Wayúu le preguntaron cómo los había hecho y entonces, ella les contó.
“A la primera persona a quien enseñó, fue a una mujer…y al pueblo le dijo: ‘les enseño a tejer si a cambio, ustedes me dan un burro o una cabra’. Entonces los Wayúu le dieron sus prendas y collares.
La historia de Wale‘kerü está marcada por el amor. Ella se enamoró de un hombre Wayúu quien la llevó a donde su familia y su madre le dijo: ‘toma este material para que tejas unas fajas’ y Wale‘kerü, se comió todo el algodón.
De su boca salió el hilo ya torcido y preparado. Wale‘kerü tejía por la noche y por eso al amanecer, ya tenía una faja hecha. Un día, Wale’kerü vio que los Wayúu no lograban definir las formas y dibujos de sus tejidos. Entonces, empezó a hacer un caminito con cada dibujo y así, el pueblo aprendió.
Enseñaba a las jóvenes que permanecían en el encierro, les pedía mucha atención, les prohibía mirar hacia los lados y distraerse, pues ella no podía estar enseñando para siempre. Las mujeres Wayúu aprendieron de Wale’kerü y ésta las observaba atentamente en el telar.
Estando en esas, las mujeres le decían: ‘¡quítate!, tú eres muy pipona... ¡Qué haces aquí pipona?’
A lo que Wale‘kerü, respondía ‘...si supieran lo que tengo en mis manos.., ¡los mejores dibujos!, si supieran que se los voy a regalar’.
Los dibujos a los que se refería Wale’ Kerü son los “Kanaas”, esos patrones que vemos en las mochilas Wayúu tradicionales y en los chinchorros. Se trata de abstracciones geométricas de la cotidianidad de este pueblo, que representan los genitales de asnos o burras, los caparazones de tortugas, las constelaciones de estrellas, las huellas que dejan los caballos en la arena, entre otros.
La maestría en el manejo del telar vertical en el que se elaboran los chinchorros Wayúu o de las agujas con las que se tejen las mochilas y otros tejidos, es adquirido por las mujeres durante su periodo de encierro, ritual por medio del cual una niña pasa a ser mujer. En este periodo, aprende sobre el oficio, profundiza en los valores de la etnia, su comportamiento en casa y la tradición de su pueblo.
Saberes artesanales
Hablemos ahora de los saberes detrás de estas artesanías colombianas. En un principio, los Wayúu elaboraban su tejeduría en algodón, por lo cual su tonalidad era blanca o cruda, pues en la Baja Guajira era común el cultivo del algodón; que con el tiempo, fue reemplazado por el hilo acrílico con la llegada de nuevas materias primas e insumos. Las comunidades Wayúu que no cultivaban algodón, lo obtenían a través del trueque.
Los diseños y el mejoramiento de estas artesanías colombianas para su comercialización, fueron dados a través de entidades como el SENA y Artesanías de Colombia. Si bien las “Kanaas” son imágenes culturales tradicionales, hay artesanas que las aprendieron a usar y proyectar de manera innovadora en sus productos.
Las mochilas se elaboran en crochet (técnica introducida por los misioneros católicos a principios del siglo XX) o con ganchillo, y la elaboración de cada pieza puede tardar aproximadamente 20 días. El color de estas artesanías colombianas llegó durante el período de colonización, gracias a la influencia de los españoles con el uso de hilos acrílicos.
Otra de las artesanías colombianas insignes como el chinchorro, es tejido en un telar vertical que data de la época prehispánica, una de las herramientas más rudimentarias y sencillas que existen en las comunidades indígenas. El chinchorro y su tejido, están asociados con los eventos del ciclo vital de los Wayúu.
El saber detrás del chinchorro es el que da la experiencia de vida Wayúu: "en ellos la gente duerme, se sienta y pasa las horas; en él nacemos, crecemos y somos enterrados", dicen los mismos Wayúu, cuyo saber del tejido se profundiza en el encierro que realizan todas las mujeres pertenecientes a esta etnia.
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