San Jacinto es un municipio caribeño que, además de ser reconocido por sus gaiteros, también lo es por las artesanías colombianas que allí se elaboran. ¡Conócelas! 

San Jacinto es un municipio ubicado en la sabana al norte del departamento de Bolívar, al norte de Colombia y por las venas de sus habitantes corre sangre  indígena y africana. Una herencia innegable que se nota en su cultura, en sus saberes y en sus tradiciones. Parte de ello, está en las artesanías colombianas que allí se elaboran y dentro de estas maravillosas creaciones, encontramos los tejidos.

Los tejidos de San Jacinto le han hecho merecedor del apodo “Cuna de la hamaca” o “Tierra de la hamaca grande” como dice el vallenato. Pues gracias a ellos, se constituyó como uno de los primeros centros artesanales de la costa atlántica colombiana. Allí, la actividad artesanal se da más que todo en  talleres de producción familiar donde intervienen hay una maestra, un pequeño grupo de artesanas con más experiencia y dos o tres jóvenes aprendices.

La hamaca es posiblemente, la artesanía más representativa de San Jacinto y es a la vez, la última pieza artesanal heredada por la vasta tradición textil Zenú en este territorio.

Hamacas de San Jacinto

La hamaca es posiblemente, la artesanía más representativa de San Jacinto y es a la vez, la última pieza artesanal heredada por la vasta tradición textil Zenú en este territorio. Las hamacas tienen tantos usos como gustos, pues se trata de una artesanía que ofrece confort y se puede emplear tanto en la decoración de los espacios como objeto funcional para pasar un rato agradable. 

Su proceso de elaboración tiene tres momentos: hilado, tinturado y tejido. El hilado consiste en preparar el hilo de algodón con el que están hechas las hamacas. El tinturado, en darle color al hilo. Y el tejido en emplear un telar vertical de marco. Esta herramienta hace parte de la corriente Arawak que va desde Morroa, en Sucre, hasta la Guajira pasando por la Sierra Nevada en el departamento del Magdalena.

Hoy, encontramos hamacas de San Jacinto elaboradas en múltiples tamaños y colores, pero todas tienen en común algo: un tejido plano en el que predomina la urdimbre (tafetán) y en el que el flote de la trama, revela el bordado característico de San Jacinto. El cuerpo de una hamaca puede medir aproximadamente 2.80 m de largo por 1.50 m de ancho. Tiene dos cabezas tejidas en pita en los extremos, que sirven como asas para amarrar o colgar. 

Son tres los diseños que solemos encontrar en las hamacas de San Jacinto: lampazo, rayas y bordada. El primero es el que usualmente vemos en color crudo y azul añil; el segundo elaborado con madejas de distintos colores; y el tercero, es el que tiene tafetán de un solo color y flotes de tramas geométricas en colores. 

En la tienda en línea de Artesanías de Colombia no podían faltar estas piezas insignes de la cultura caribeña. Por eso, te invitamos a que conozcas un poco más de su herencia cultural y te lleves a casa, una hamaca de San Jacinto. ¡Un lugar para descansar, pensar, amar, reír y llorar! 

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