Posiblemente, lo que más caracteriza a esta marca es su prolija innovación en la tradicional cerámica de La Chamba, devenida de una técnica pictórica: el puntillismo. Sí, y es que en Punto y Arte, Miguel Ángel Aviles incorpora esta técnica artística que ha sido llevada a distintas expresiones creadoras, en la elaboración de majestuosas artesanías que hoy, tienen sello de Denominación de Origen.
El nacimiento de esta marca fue en 2018, cuando Miguel creó junto a su esposa y a sus dos hijos, este taller de tipo familiar en el las artesanías colombianas: ollas ollas, cazuelas, platos, sartenes, vasos y bomboneras, son creadas siguiendo la tradicional técnica de alfarería de La Chamba.
Si bien Miguel Ángel estuvo relacionado con la elaboración de múcuras y tinajas desde su niñez, fue entre 2015 y 2018 cuando lideró el Grupo de Puntillismo Artesanos de La Chamba, compuesto por 15 artesanos que se dedicaron a innovar los diseños tradicionales de las vajillas incorporando grabados en cada pieza.
Estos grabados son los que precisamente, encontramos en las creaciones de Punto y Arte, y que revelan el contacto con la tierra en distintas artesanías colombianas como la múcura, una representación de la figura femenina que se usa para recoger y almacenar agua, y ollas de diferentes tamaños, con base redonda, tapa y agarraderas, donde consumen los alimentos.
Los artesanos de esta región han encontrado en la cerámica, un oficio que no sólo les permite obtener recursos económicos sino crear un puente para difundir los tesoros de su cultura en diferentes partes del mundo; y las vajillas de La Chamba creadas en Punto y Arte, han sabido unir la tradición y la innovación en piezas funcionales y duraderas que evocan el poder de la naturaleza.
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