Esta marca agrupa distintos talleres enfocados en el oficio artesanal para promover el uso de materias primas como el chin y el bambú en las artesanías colombianas. Una de sus lideresas, Marina Niño Celis, trabaja en esta asociación persiguiendo el sueño de que su municipio un día, recobre la prosperidad que tenía cuando ella era niña, gracias a los productos elaborados en este par de materias primas.
Hoy, con más de cuarenta años de vida, Marina trabaja con la Comunidad Artesanal de Tenza, una Asociación que reúne y organiza a varios talleres individuales del municipio para dejar a un lado las bolsas de plástico y promover el uso del chin y el bambú. De paso, esta Asociación se propone poner de moda, la tradición popular campesina: hacer compras con canastos de fibras vegetales, artesanías colombianas reconocidas en todo el territorio.
El impacto de la cestería en chin y bambú de los talleres de Tenza está siendo impulsado también por programas regionales como: “Más fibra, menos plástico”, el cual busca generar conciencia ambiental entre los boyacenses y, de paso, ayudar a aliviar el ahogo del planeta disminuyendo el uso de plásticos y materiales sintéticos importados de China, una actividad comercial que ha afectado económicamente a la población artesanal del municipio.
Por eso la Comunidad Artesanal de Tenza trabaja contra el daño que el plástico le hace a la naturaleza y promueve el uso consciente de cada producto hecho a mano en chin y bambú como una manera de valorar una práctica campesina que, hoy en día, puede salvar al planeta.
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