Imagen1

Imagen2
Leticia - Amazonas

Jackson Armando Suarez

Trabajo en madera

Creció viendo a sus padres cortar y tallar la madera, y a los doce años comenzó a inmiscuirse en el proceso realizando pequeños llaveros. Luego empezó a crear piezas de quince centímetros en las que tallaba animales de la selva y el río Amazonas como los loros, los tucanes, las garzas, los armadillos, las tortugas, los micos, los chigüiros y los delfines.

ver más

Descripción

Creció viendo a sus padres cortar y tallar la madera, y a los doce años comenzó a inmiscuirse en el proceso realizando pequeños llaveros. Luego empezó a crear piezas de quince centímetros en las que tallaba animales de la selva y el río Amazonas como los loros, los tucanes, las garzas, los armadillos, las tortugas, los micos, los chigüiros y los delfines.

Jackson Suárez nació hace más de treinta años en la comunidad tikuna de Macedonia, a orillas del río Amazonas. Creció viendo a sus padres cortar y tallar la madera, y a los doce años comenzó a inmiscuirse en el proceso realizando pequeños llaveros. Luego empezó a crear piezas de quince centímetros en las que tallaba animales de la selva y el río Amazonas como los loros, los tucanes, las garzas, los armadillos, las tortugas, los micos, los chigüiros y los delfines. 

Cuando terminó la escuela, Jackson se alejó dos años de la artesanía para probar suerte vendiendo hamburguesas y perros calientes en un colegio de Leticia. Sin embargo, el llamado de sus raíces fue más fuerte y decidió dedicarse de lleno al oficio. En 2003 fundó con doce miembros de su familia la Asociación Artesanal Homacha, que significa “delfín gris”. 

Ahora sueñan con tener una tienda en donde puedan exhibir y comercializar artesanías en las que habita el poder de la selva. El palosangre es una madera que se encuentra únicamente en el Amazonas. Para conseguirla, Jackson Suárez se interna en la selva con cuatro personas de su familia. Entre todos buscan árboles caídos que estén en proceso de descomposición. Con una motosierra cortan más de quince metros y trasladan la madera hasta Leticia. 

Allí la dejan secar a la sombra durante tres días para extraer la humedad. Después comienzan a cortar la madera con la ayuda de serruchos, machetes y formoles. Jackson asegura que cada figura la tiene grabada en la cabeza y que lo que hacen sus manos es descubrir la forma que ya habita en la madera. Cuando la pieza está lista, la lija y la brilla con cera de abejas. 

Ahora está dedicado a crear animales de la selva, utensilios de cocina y el tradicional banco pensador, el cual usan los chamanes y los abuelos tikuna para transmitir el conocimiento en la maloca.

Para los tikuna toda la vida proviene de la naturaleza. El hombre, los animales, las plantas y el agua hacen parte de un todo. Por eso, durante años, se han dedicado a exaltar lo que observan en la selva a través de piezas de madera que representan los animales y la vegetación de la región. 

Pero tal vez el objeto más importante es el tradicional banco pensador, que tallan con las formas de animales como el oso hormiguero, la rana, el colibrí y la tortuga. Para la etnia son piezas de poder en donde los guías espirituales se sientan para pensar, cantar y curar. Así manifiestan el conocimiento sagrado de los tikuna, su particular manera de relacionarse con la selva y su profunda conexión con la naturaleza. 

Programe su cita de negocios con los artesanos

Ingrese sus datos


    Send Message to listing owner

    Deja una respuesta

    Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *