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Mitú - Vaupés

Leticia López Ferreira

Cestería

Con cumare hace sopladores, que los cubeos usan para voltear el casabe o avivar el fuego, aretes, manillas y bolsos. Con la fibra del guarumo teje a mano urutus, canastos milenarios que se usaban para cargar objetos personales y hoy sirven para guardar ropa y zapatos.

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Descripción

Con cumare hace sopladores, que los cubeos usan para voltear el casabe o avivar el fuego, aretes, manillas y bolsos. Con la fibra del guarumo teje a mano urutus, canastos milenarios que se usaban para cargar objetos personales y hoy sirven para guardar ropa y zapatos.

Leticia López nació en la comunidad cubea de Puerto Timbo, bajo Vaupés. De la mano de su padre aprendió todo lo relacionado con la historia de su pueblo. Fue él quien le permitió observar cómo se tallaba un banco Tucano, símbolo de estabilidad y sabiduría, para luego encomendar la importante tarea de brillarlo. 

Junto a sus hermanos, tres mujeres y cuatro hombres, pintaba los diseños de las yanchamas, cuadros tribales que representan la simbología de la etnia, tallaban bastones de mando y hacían collares con las semillas de la carambola. Con su mamá, que era de origen brasileño, aprendió a tejer bolsos, sombreros y escobas de cumare. 

A los 17 años se casó y se instaló con su esposo, que pertenecía a la etnia tucano, en la comunidad de Acaricuara, a 110 kilómetros al sur de Mitú. Allí continuó ejerciendo el oficio durante 12 años hasta que a su esposo le propusieron ser fiscal del CRIVA (Consejo regional indígena del Vaupés). Con el nombramiento tuvieron que trasladarse a Mitú, donde Leticia se desempeñó como instructora de artesanías indígenas del Sena y secretaria suplente del CRIVA. 

Hace más de seis años, la vida le dio un vuelco cuando mataron a su esposo por motivos políticos. Para sacar a sus dos hijos adelante, decidió abrir un local en Mitú donde hoy trabajan diez artesanas. 

El lugar se llama Mujer Tejer Saberes y, según Leticia, puede ingresar cualquier persona que esté dispuesta a aprender. Con cumare hace sopladores que los cubeos usan para voltear el casabe o avivar el fuego, aretes, manillas y bolsos. Con la fibra del guarumo teje a mano urutus, canastos milenarios que se usaban para cargar objetos personales y hoy sirven para guardar ropa y zapatos. 

También teje canastos altos de boca ancha que se emplean en la recolección de frutas, y cernidores para hacer casabe y fariña, y colar el jugo. Con yanchama y cumare teje las faldas típicas, las cuales llevan diseños geométricos pintados con achiote, greda blanca y amarilla que representan la cosmovisión cubea. 

Hoy, con más de cincuenta años, Leticia quiere rescatar el pasado, por eso se la pasa investigando puntadas y antiguos diseños que pueda llevar a sus creaciones. Sin embargo, le preocupan las nuevas generaciones y asegura que la única manera de motivarlas es con el apoyo de la gobernación del Vaupés. 

Se necesitan más materiales y espacios dotados para el trabajo de la artesanía. Ella, que lleva el conocimiento en las manos, está dispuesta a entregarlo todo para preservar la importante memoria del pueblo cubeo

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