Descripción

Magdalena Aponte heredó una tradición que ha acompañado a su familia por más de cien años. Desde muy niña, su mamá le enseñó el oficio de la cestería en fique, le mostró cómo trabajar la lana y la instruyó en el tejido en dos agujas y en croché.

Nelly Flechas heredó la sabiduría del tejido de su madre, quien tejía para honrar un legado que había recibido de las mujeres de su familia. Pero cuando enviudó repentinamente a los 36 años, entendió que solo podría darles un futuro a sus cinco hijos poniendo en práctica el oficio. 

A los 15 años, Nelly aprendió a tejer en croché, macramé y dos agujas. Estudió contaduría pública en la Universidad Santo Tomás y en 1972, junto con su madre, creó en Duitama el taller Tejidos Boyacá. Antes de la pandemia en el taller trabajaban 120 familias de la zona, de las que ahora solo quedan 15 que, con materiales como la lana, el hilo, el cuero y la gamuza de becerro, hacen vestidos, faldas, pantalones, chalecos, chales y pañolones. 

A Nelly nada le queda grande. En 1982, cuando Gabriel García Márquez ganó el Premio Nobel de Literatura, tejió las bufandas, gorros y guantes que llevó la delegación colombiana a Estocolmo. Además, se encargó de vestir, junto con el diseñador Diego Guarnizo, a las 26 candidatas a señorita Colombia durante una fiesta en el Club Naval de Cartagena en 2012. Con sus diseños ha visitado ferias en Estados Unidos, México, Ecuador y Argentina. Hoy,con más de 60 años, asegura que su sueño es incluir a la población más vulnerable en el oficio y transmitir el conocimiento del tejido a las generaciones venideras. 

La especialidad de Tejidos Boyacá es el macramé, una palabra de origen francés que significa nudo y cuya técnica consiste en crear tejidos usando nudos con diferentes materiales como el algodón, el cuero, la lana, el galón de seda y la gamuza de becerro. Para realizar el oficio, que es 100% manual, se necesita tener la materia prima, unas tijeras, un metro y una pesa para sostener las hebras. 

Cuando las prendas están listas, se vaporizan con una plancha que ayuda a darles forma. Nelly Flechas les ha enseñado la técnica a decenas de mujeres de Boyacá con la única condición de que después, transmitan el conocimiento. 

En Duitama, Boyacá, era usual que de generación en generación se transmitiera el conocimiento de tejer los tradicionales pañolones negros que usaban las campesinas de la región. Pero en los años 70 el oficio comenzó a cambiar con la creación de pequeños talleres que le apostaron a innovar el trabajo utilizando diferentes técnicas de tejeduría y realizando diversas prendas de vestir como chales, faldas, vestidos y bufandas. 

Sin embargo, el macramé ha sido la técnica más utilizada desde hace décadas y las artesanas de la zona, como Nelly Flechas, se han convertido en maestras del oficio. Algunas de ellas han trabajado con diseñadores como Kika Vargas y Hernán Zajar, y continúan transmitiendo un saber que ha caracterizado a la tejeduría del municipio.